domingo, 28 de junio de 2009

¿Cómo educar a mi Cachorro?

El perro es un animal de manada, habituado a vivir en un entorno de estructuras jerárquicas. Desde el momento en que te haces cargo de él, tú pasas a formar parte de su manada. Por ley natural, desde el primer día y a lo largo de cada día de vuestra convivencia, él intentará escalar puestos en el escalafón. Como su "líder" eres responsable de que eso no ocurra nunca.
Para dejarle claro que eres tú quien manda, es importante que desde el primer momento seas consecuente con todo lo que pretendas enseñarle. Aquí te expongo las pautas más básicas para su educación inicial:

  • Por norma háblale en un tono de voz normal y calmado.

  • Solamente le puedes regañar por algo que le pilles haciendo “in fraganti”. De otro modo no lo entenderá, no aprenderá, no sabrá a cuento de qué viene, y se volverá asustadizo.

    • Las regañinas para un cachorro, se tienen que limitar a un un “NO” seco y firme acompañado de gesto de distracción para que abandone la “infracción”, y seguidos de un jugueteo alegre del tipo “aquí no ha pasado nada”.

      Con unas pocas semanas es demasiado pequeño para entender el castigo como tal.
    • Para regañarle usa un tono de voz firme y serio, pero no lo eleves: deja ese recurso para los "casos de emergencia".

    • Le regañes o le mandes algo, siempre que esperes una respuesta por parte suya, usa cuantas menos palabras mejor. Las indicaciones breves y concisas le serán más fáciles de recordar.

      Para ponerte un ejemplo, recurro de nuevo al "No":
      Mal: “No Kira eso no se hace. Está muy mal porque,...”
      Bien: “No”, en un tono seco y firme.
  • El “NO” es para acciones que quieres que no realice nunca.

  • Proporciónale abundante juego y distracción, pero no le sobrecargues de juguetes: una pelota y una trenza de hilos son ejemplos de juguetes muy adecuados, pues os darán mucho juego, tanto para jugar juntos, como para que juegue él solo.

    Procura no comprarle ningún juguete que simule un objeto que tengas por casa - por ejemplo las típicas zapatillas de goma - pues puede ser el incentivo ideal para que opte por coger también el modelo real.

  • Acostúmbrale a que solo hay juego y mimos cuando a tí te apetece. Si te pide cuando no te apetece, ignórale.

    Puede resultarte útil enseñarle una orden como “BASTA”: Si habéis estado jugando y quieres parar, pero él sigue viniendo una y otra vez a tí a por más, empújale con suavidad pero firmeza hacia atrás diciendo en tono serio pero sin enfado “Basta” - no le digas “NO”: no está haciendo nada malo, pues hace un momento jugar estaba permitido -. Volverá. Repite la acción hasta que se canse y se retire. Con paciencia terminará aprendiendo, de modo que cuando estés descansando en el sofá y él venga con ganas de guerra, un simple "Basta" será suficiente para que se retire a su rincón.
  • Acostúmbrale cuanto antes a comer solo y en un tiempo limitado. Si en unos 15 minutos no ha terminado, retírale el cacharro. No te preocupes, tendrá más hambre la próxima vez. Y si no, la próxima.

  • Dále de comer siempre después de tí. Nunca le des nada mientras estés comiendo tú. Si te pide, sea comida, juego o mimos, ignórale.

  • Habitúa a tu cachorro a hacer sus necesidades siempre en el mismo sitio, en el jardín, en el parque o, si lo prefieres, inicialmente, en un periódico.

    Para ello te recomiendo que le condiciones a hacer sus cosas en respuesta a una palabra determinada - a mi perro le he acostumbrado a orinar cuando digo "piiipiii".

    Para enseñarle ésto repítele cada vez que le veas haciendo sus necesidades, hasta que termine, la palabra a la que le quieres condicionar. Cuando acabe, alábale.
    No tardará en relacionar la palabra con la acción de hacer sus necesidades, hasta el punto de que cuando se la repitas en un lugar elegido por tí, si tiene ganas, las hará.

    Una vez explicado esto, la parte delicada del asunto: cuando pillas a tu cachorro haciendo sus necesidades en medio del salón.
    Decirte primero que si no le pillas "in fraganti", ya no hay nada que hacer, pues al momento de cometer la acción ya la ha olvidado, y cualquier intervención sería inútil y contraindicada.
    Si le pillas sin embargo durante la acción, díle "Nombre NO", cógele, llévale al sitio que has elegido como apropiado para la ocasión, y repítele varias veces la palabra a la que le estás habituando. Si ya se ha desahogado en el salón, lo más seguro es que donde le lleves ya no haga nada más, pero es la manera por la que irá captando la idea.

    ¿Y por qué no castigarle y ya está? Pues fundamentalmente por dos motivos:

    • En primer lugar porque hasta los 4 meses de edad un perro no tiene un control absoluto de sus esfínteres, de modo que lo más probable es que hasta llegada esta edad cada tanto siga haciendo sus cosas "donde le pille".

    • En segundo lugar, porque no le puedes castigar por algo que todavía no ha aprendido. Y para aprender aparte de tiempo, necesita de un buen maestro, que debes ser tú.

  • Si se hace daño con una pequeñez o se asusta de algo, ignórale o juguetea breve- y alegremente con él al estilo “¿Qué te ha pasado chico?” Si parece algo serio, mientras le examines, sigue hablándole en tono alegre.

    Por instinto, un animal no le da mayor importancia a los accidentes. Si por ejemplo le pisas una pata, obsevarás que puede soltar un aullido de dolor, pero que a los pocos segundos, volverá a actuar como si nada hubiese ocurrido. Esta es una maravillosa defensa natural de los animales ante el dolor, pues son capaces de abstraerse de él casi al instante.

    Sin embargo, si tú te mostraras compasivo con él, te estarías interponiendo en este proceso instintivo: tu perro pasaría a adoptar una actitud "más humana" y sufrida. Externamente se apreciaría este cambio en que se quejaría ante cualquier pequeño accidente, cosa que a algunos amos les llega a resultar bastante molesta. Pero lo que realmente importa aquí es el cambio que esto produciría en tu perro: si antes no le daba ninguna importancia a estas situaciones, ahora, debido a tu actitud, las vive como algo dramático y extremadamente negativo. En una palabra: sufre.
    Por eso, cuando te digo que actúes de forma positiva cuando tu perro se lastime, no pretendo ser cruel, lo que pretendo es ayudarte a hacerle la vida más llevadera.

  • Acostúnbrale a estar solo. Os evitarás muchos problemas futuros.

    Empieza por ratitos cortos. Sal de la habitación sin despedirte de él, y regresa casi al momento. Antes de abrir la puerta, fíjate bien en que en ese instante tu perro no esté llorando, ladrando ni arañando la puerta, pues si te olvidas de este detalle, él creerá que vuelves porque ha conseguido por fin llamar tu atención haciendo alguna de estas cosas, lo hará más y más, y el resultado será un perro que siempre que esté solo, se pasará el rato llorando, ladrando y arañando las puertas.
    Cuando entres, no le saludes, actúa como si nada y deja pasar unos instantes antes de hacerle caso. Cuando lo hagas, no lo hagas de una manera efusiva.

    Poco a poco ve alargando el tiempo que le dejas solo, incluso sal alguna vez del todo de casa para que piense que te has ido. Irá asumiendo tu ausencia cada vez mejor siempre y cuando te cuides mucho de no entrar en un momento que esté llorando, ladrando o arañando la puerta. Si te olvidas de este detalle, creerá que vuelves porque ha conseguido por fin llamar tu atención haciendo alguna de estas cosas, lo hará más y más, y el resultado será un perro que siempre que esté solo, se pasará el rato llorando, ladrando y arañando las puertas.

    Mi perro llora y ladra de forma continuada mientras estoy fuera, ¿en qué momento entro?: Si no encuentras el momento adecuado para volver a entrar con tu perro en la habitación porque no deja de llorar o de ladrar, haz algún ruido extraño que no relacione contigo - por ejemplo dar una palmada - cualquier cosa que le haga callar aunque sea una décima de segundo. A continuación entra inmediatamente en la habitación. No le saludes. Ignórale. Verte actuar como si nada, es lo que finalmente le ayudará a terminar desechando la sensación de estrés y abandono asociadas inicialmente a las situaciones de soledad, y empezar a tomárselas como algo normal.

... Y cuando a pesar de todo te rompa tus zapatos preferidos, la pata de la mesa o te mee el sofá, no desesperes: Recuerda que tú hace no tanto también fuiste pequeño.

Entradas relacionadas:
Cómo enseñar a mi perro a venir cuando le llamo
Qué hacer para que mi perro no tire de la correa
Mi perro muerde la correa
La Socialización de tu Cachorro; previniendo problemas futuros
¿Por Qué Mi Perro Se Come Las Cacas?

1 comentario:

  1. Repito, bueníiisimo el blog, además a mi todo me viene bien, tengo perro, perra, gata, peces y agaporni, jejeje (ademas de 3 hijas jajaja) os dejo mas saludos

    ResponderEliminar