viernes, 3 de julio de 2009

Cómo enseñar a mi perro a venir cuando le llamo

La llamada es la orden más empleada por los dueños de perros y sin embargo, a la que menos perros obedecen con fiabilidad. Por ello te recomiendo que, tan pronto adquieras tu cachorro, le enseñes a acudir a tu llamada sin vacilación en el momento en que oiga la orden: "Nombre ven". Cuanto antes comiences, mejores serán los resultados.

El método que te explicaré a continuación construirá en él una respuesta condicionada a la palabra "Ven", y no te supondrá mucho esfuerzo. Simplemente es cuestión de no olvidar practicarlo una o dos veces al día durante varias semanas. Verás que sin duda alguna el resultado compensa el esfuerzo realizado.

Antes de pasar a explicarte el procedimiento, solamente quiero puntualizar una cosa más: te recomiendo que ésta, al igual que cualquier otra acción nueva que le quieras enseñar a tu perro, la emprendas siempre en un ambiente lo mas tranquilo posible y ausente de distracciones. Una vez que el perro la controle en estas circunstancias, y con el fin de evitar que se condicione a responder en un solo ambiente de trabajo, pasa a practicarla con él en situaciones más adversas y lo más diferentes posible.

Verás muy clara esta manera de proceder en cuanto pase a explicarte los pasos prácticos de la enseñanza del "Ven":

  • Empieza con tu cachorro en casa y cerca de ti, en la misma habitación. Coge un trozo pequeño de queso, salchicha o cualquier otro premio que a tu perro le guste. Pónte rápidamente en cuclillas y di "Nombre ven" con mucho entusiasmo. En cuanto el cachorro llegue a ti, dále inmediatamente el premio y elógiale mucho. Luego vuelve a lo que estabas haciendo.

    Unos minutos después repite el proceso. Durante el primer día puedes hacer esto 4 ó 5 veces. La última vez que lo hagas observarás que ya acudirá rápidamente.
  • Al día siguiente no te acuclilles. Por lo demás, el resto del ejercicio hazlo de la misma forma. Si ves que tu cachorro lo realiza correctamente, aumenta la distancia entre vosotros cuando le llames, pero manteneros aún en la misma habitación. Por lo demás, el ejercicio es el mismo.

  • Pasado un tiempo conseguirás que tu cachorro lleve a cabo el ejercicio cuando le llames desde otro cuarto. El paso siguiente es probarlo cuando ambos os encontréis en el jardín.

    Después de aproximadamente 2 ó 3 semanas de hacer esto, comienza a darle el premio una de cada dos veces de las que acuda [1], y sigue elogiándole abundantemente el resto de las veces.

  • Ahora prueba hacerlo cuando estéis de excursión. Al principio, puesto que son condiciones más complejas para él para obedecer, dále el premio todas las veces que acuda. Después una de cada dos veces, elogiándole abundantemente el resto de las veces.

     

    Llámale siempre con "Nombre ven". Si en alguna ocasión no viniera, vuelve al lugar donde obedeció la última vez que le llamaste y cuando venga, elógiale. No le permitas nunca escaparse o negarse a venir: esta es la orden más importante que vas a enseñar a tu perro, así que cuando digas "Nombre ven" debe acudir siempre. ¡Sin excepción!

Notas:

  • Para cuando no te sea tan urgente que acuda, utiliza cualquier otra palabra o expresión. Yo por ejemplo uso "Nombre ven aquí"... Esto es para el día a día. El "Nombre ven" úsalo cuando te sea esencial que el perro acuda a tí - por ejemplo cuando lo tengas suelto y veas que se aproxima otro perro que no conoces.

  • ¡Nunca llames a tu perro para castigarle! Si se porta mal y necesita una corrección atrápalo y corríjelo. No corras detrás de él pues lo interpretará como un juego. Dirígete a un paso normal pero firme y serio, hacia él. Mirándole fijamente a los ojos. Atrápalo y corríjelo.

    • La corrección que mejor entenderá, será aquella que más se parezca a la que ha conocido desde pequeño de su madre: una madre corrige a sus cachorros cogiendo su hocico entre sus fauces. Para ellos esta es una clara señal de dominancia. Para traducir este gesto a nuestro idioma, cogeremos el hocico de nuestro perro con una mano, ejerceremos una leve presión (¡sin hacerle daño!) y diremos con un tono seco y firme la palabra de reprimenda a la que ya le hemos condicionado previamnente: "NO".

    Si intenta huir de ti cuando te acercas a corregirle, vuélvete en silencio, mirándolo fijamente todo el tiempo. De esta manera comprenderá que no es un juego.

    Si no puedes hacerlo de ninguna de estas dos maneras y existe el peligro de que se escape y se pierda, llámalo para que venga, elógialo y olvídate del castigo.

    • En este punto quiero insistirte en que no olvides, que nunca debes castigar a tu perro por algo que aún no ha aprendido.

      Se puede considerar que un perro ha aprendido a acudir a la llamada desde el momento en que ha comprendido el concepto.

      Ya sé que para algunos convencionales esto sonará un poco excéntrico, pero sí, los perros piensan y son capaces de realizar razonamientos sencillos. Así, si tu perro acude a tí cuando le llamas desde un escondite, puedes considerar no solamente que está condicionado a la llamada, sino que ha comprendido el concepto de la misma: empezábamos por "avanza unos metros hasta donde estoy yo a por el premio" y hemos terminado en "acude a mí me veas o no, esté donde esté".

  • Cuando uses este método para enseñar la llamada, no permitas que tu cachorro sepa cuándo llevas contigo premio y cuándo no. Debe ser una sorpresa, ya que si no, aprenderá a obedecer solamente cuando sepa que lo llevas.

  • A medida que pasen las semanas y ya solamente realices el ejercicio 3 ó 4 veces por semana, recompensa al perro cada tres veces más o menos (eso depende de cómo esté respondiendo, si aún arrenquea un poco es que aún necesita un tiempo de trabajo con más premio). Sobre todo no olvides elogiarle siempre que acuda.

  • Cuando alcance los 5 meses de edad aproximadamente, ya deberá ser muy fiable en el ejercicio de la llamada, acudiendo desde cualquier distancia y con distracciones.

    Más tarde podrá ser adiestrado más en serio en la llamada de obediencia, sin recompensas, y se condicionará siempre a acudir, con lo cual podría algún día llegar a salvarte la vida.

Sacado en parte de Documento en Inglés de Autor Anónimo, traducido por corby (corbycan@ya.com)

[1] Se potencia la participación del perro en el trabajo cuando tras unas cuantas veces de premio asociado a la ejecución de la orden (condicionamiento clásico) se va alternando la felicitación + premio, con una felicitación sin más. Es una sencilla manera de generar una mayor expectativa de premio en el animal.
Por otra parte también es importante ir progresivamente reduciendo los premios para no generarle al perro una dependencia de los mismos. Esta dependencia tendría como consecuencia que ante la ausencia repetida de premio, el perro dejaría drásticamente de obedecer.
Y por último, resaltar que aunque el perro ya domine la orden, de vez en cuando es necesario reintroducir alguna sesión con mayor presencia de premio. Esta estrategia está directamente relacionada con lo que explicaba sobre la generación de expectativas y mantendrá a tu perro positivamente motivado para obedecerte.
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